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Entre las diferentes micotoxinas producidas por Fusarium, las fumonisinas son las más importantes. Gelderblom et al. (1988) las descubrió por primera vez en Sudáfrica. La principal preocupación sobre la exposición a las fumonisinas está relacionada con su posible conexión con el cáncer humano, los defectos del tubo neural y otros defectos congénitos, y su toxicidad para el ganado doméstico (Missmer et al., 2006; Gelderblom et al., 1988; Wu, 2007).
A nivel molecular, la producción de fumonisinas está regulada por el «grupo FUM», un conjunto de 16 genes esenciales corregulados para la biosíntesis, incluido el gen clave FUM1, que codifica la policétido sintasa.
Bibliografía
Gelderblom WCA, Jaskiewicz K, Marasas WFO, et al (1988) Fumonisins: Novel mycotoxins with cancer-promoting activity produced by Fusarium moniliforme. Appl. Environ. Microbiol. 54(7): 1806-1811. doi: 10.1128/aem.54.7.1806-1811.1988
Missmer SA, Suarez L, Felkner M, et al. (2006) Exposure to fumonisins and the occurrence of neural tube defects along the Texas–Mexico border. Environ. Health Perspect. 114, 237-241. doi: 10.1289/ehp.8221